«Las personas que regularmente van en bicicleta al trabajo deberían tener a cambio algún privilegio», explica Gelbhaar, «las estadísticas demuestran que las personas que regularmente van en bicicleta al trabajo se enferman con menos frecuencia, por lo que causan menos bajas laborales y tienen menos días de ausencia del trabajo». Las vacaciones adicionales también actuarían como una motivación para que los viajeros usen bicicletas en lugar de automóviles, agregó, pidiendo al gobierno que apoye su sugerencia. «Esto conduce a carreteras menos congestionadas y menos contaminación del aire, lo que beneficia no solo a los ciclistas sino a toda la comunidad», insiste el diputado, algo confundido cuando se le pregunta cómo verificar que los trabajadores efectivamente van en bicicleta desde casa y no aparcan el coche un par de calles más abajo, pedaleando solo el último tramo para obtener la ventaja de discriminación positiva.
Tampoco queda claro en la propuesta si el Estado alemán sería quien pagase ese día añadido de vacaciones o si correría a cargo de la empresa y, en ese caso, si la pregunta sobre cómo planea desplazarse el trabajador hasta el puesto de trabajo formaría parte de los cuestionarios de selección de personal y criterio de contratación. ¿Sería necesaria una policía de la salud?
Lo cierto es que en Alemania existen ya algunos incentivos financieros destinados a alentar a las personas a ir en bicicleta al trabajo, pero ninguno de ellos recompensaba «el efecto positivo de los desplazamientos en bicicleta en la salud de los trabajadores». Este efecto ha sido probado por varios estudios, como el publicado en la revista The Lancet Psychiatry, que sugiere que cuando se realiza con moderación, el ejercicio conduce a una mejor salud
mental. Pero no todo el mundo está de acuerdo. La aseguradora de salud alemana BARMER, por ejemplo, ha reaccionado asegurando que «no conocemos estadísticas que prueben que los ciclistas son fundamentalmente más saludables». «Por supuesto, el deporte es saludable. Sin embargo, la propuesta de recompensar a las personas por el ciclismo es demasiado simple. No contempla diferencias entre los trabajadores que viven a dos kilómetros del trabajo y los que viven a 20. ¿Reivindicarían entonces más vacaciones quienes siguen una dieta equilibrada? ¿Y qué pasa con el ciclista con sobrepeso o que consumen alcohol o drogas?».
Casi más bicicletas que ciudadanos
En Alemania circulan ya cerca de 80 millones de bicicletas para una población de 82,8 millones de habitantes y con una compra anual de 2,5 millones de unidades. El parque de e-bicis se acerca ya a los 3 millones. El uso más intensivo de la bicicleta como medio habitual de transporte se da en las áreas urbanas y el Estado realiza importantes esfuerzos en extender su uso en las medias distancias. Un proyecto en activo es la ruta RS1 en la cuenca del Ruhr, que conecta Duisburg con Hamm, una ruta de 102 Kilómetros con un coste total de 180 millones de euros y con la que se espera hacer superfluos 55.000 desplazamientos en coche al día.
La capital campeona de la bicicleta es Münster, con dos veces más bicicletas que habitantes, pero Alemania se siente todavía lejos del país de referencia en esta política del transporte, Holanda, donde con 17 millones de residentes circulan a diario 23 millones de bicicletas y donde el gobierno también sigue dedicando incentivos a este propósito. El último anuncio es una inversión de 390 millones en infraestructura ciclista para, en tres años, contra con 200.00 ciclistas adicionales. De acuerdo con el Ministerio de Infraestructura y Manejo del Agua, 15 rutas se transformarán en «autopistas ciclistas», con 25.000 nuevos aparcamientos y 60 estaciones de almacenamiento mejoradas. La Secretaria de Estado de Transporte, Stientje van Veldhoven, se queja de que solo el 25% de los traslados en bici tienen como destino el trabajo, comparado con el 37% de trayectos de ocio. Holanda recompensa a los ciclistas con bonos de impuestos de 0,19 euros por kilómetro. Las empresas y los trabajadores acuerdan la distancia de ruta que será recompensada y 11 compañías se han comprometido ya con la medida a cambio de mejoras en sus instalaciones para el almacenamiento de bicicletas, aunque la mayoría de los empresarios es renuente a aplicarla.