Salvini destaca que es necesario poner la atención sobre «situaciones de ilegalidad y deterioro que frecuentemente se registran en esos asentamientos, que a menudo configuran un concreto peligro para el orden y la seguridad pública». De acuerdo con los municipios, el ministro del Interior pide que «sean desalojados los asentamientos ilegales», dando indicaciones también para que sean «demolidas las obras abusivas, como casas móviles fijadas al suelo o roulottes».
La circular destaca un aspecto crítico, como es el deterioro ambiental con incendios provocados. «Frecuentemente se acumulan materiales de procedencia ilícita que generan un elevado riesgo de incendios tóxicos, exponiendo a quien habita en las proximidades a concretos riesgos para la salud». A este respecto, Salvini cita el enésimo incendio provocado que se produjo la pasada semana en un campamento de gitanos de Lamecia Terme, municipio de 70.000 habitantes en Calabria, al sur del país, quemándose neumáticos a pocos pasos del hospital Juan Pablo II.
Salvini intenta desviar la atención
Los medios italianos consideran que no es casual que Salvini emprenda ahora esta guerra contra los gitanos. Cuando el líder de la Liga se ve acosado políticamente, intenta lanzar a la mesa una carta que tenga impacto ante la opinión pública. Nada mejor en esta ocasión que el desmantelamiento de los campamentos ilegales de gitanos, un tema en el que Salvini obtiene gran apoyo de sus fieles.
El vicepresidente se ve ahora atacado por lo que se conoce en los medios italianos como el Rusiagate o Moscopoli, es decir, la investigación abierta por la fiscalía de Milán sobre presuntos fondos de Rusia -65 millones procedentes del petróleo- destinados a la Liga. El intermediario fue el hombre de confianza del ministro del Interior, Gianluca Savoini, quien es investigado por la fiscalía de Milán por presunta corrupción internacional.
La oposición y el Movimiento 5 Estrellas, partido que forma coalición de gobierno con la Liga, han exigido que Salvini acuda al parlamento a dar explicaciones. El primer ministro, Giuseppe Conte, le ha advertido incluso que su negativa a comparecer estaba produciendo un deterioro institucional. Finalmente, ante la fuerte presión, el líder de la Liga ha aceptado acudir al Parlamento, pero solo para «question time», es decir, para responder a una pregunta que puede hacerle cada grupo parlamentario. La oposición protesta,
pide su dimisión
y le exige un debate sobre la relación de la Liga con la Rusia de Putin.
«Los neonazis querían asesinarme»
En este clima de tensión, Matteo Salvini, atento siempre a la reacción emotiva de sus seguidores, ha desvelado un sorprendente dato relacionado indirectamente con el misil aire-aire y el arsenal de armas incautado este lunes a un grupo de extrema derecha neonazi filoucraniano en Turín: «Los neonazis querían matarme», ha dicho Salvini. Según el ministro del Interior, las armas fueron descubiertas al investigar la preparación de un atentado contra él.
Fue un exagente del KGB quien advirtió sobre la existencia de un proyecto de atentado contra Matteo Salvini por parte de ultranacionalistas ucranianos. En realidad, los servicios secretos italianos no encontraron pistas sobre ese intento de atentado, pero en el curso de la investigación fueron arrestadas tres personas de la ultraderecha y se les incautó un arsenal de armas.