El Gobierno jordano decidió en junio de 2017 retirar a su embajador en Doha y rebajar el nivel de sus relaciones con Qatar tras la decisión de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Egipto de romper totalmente las relaciones con Qatar. Los países árabes que habían acusado a Qatar de a
poyar el «terrorismo» le impusieron una serie de medidas, que aún se mantienen, como el bloqueo físico al transporte y a las comunicaciones, y la congelación de las relaciones económicas y financieras.
Jordania no llegó tan lejos pero sus estrechos lazos con las monarquías de la península Arábiga y su vecino, Egipto, le llevaron a retirar a su embajador. A pesar de ello, Jordania y Qatar han mantenido las relaciones y la actividad bilateral, incluyendo las visitas de representantes de ambos países. Incluso, el Gobierno de Qatar aprobó un paquete de ayuda económica a Jordania que incluía un crédito de 445 millones de euros, así como la aprobación de 10.000 permisos de trabajo para jordanos en el emirato.
La medida se aprobó antes de que Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait aprobaran un crédito de 2.230 millones de euros para Jordania, cuya economía atraviesa una crisis de la que no consigue salir.
Los países árabes, encabezados por Arabia Saudí, establecieron el
bloqueo contra Qatar el 5 de junio de 2017
, exigiendo a Doha que dejara de apoyar a grupos terroristas y a los islamistas Hermanos Musulmanes, que en Jordania son una agrupación legal y con representación parlamentaria. Además exigieron la expulsión de una serie de personas consideradas como «hostiles» por los países del golfo Pérsico y acabar con las «provocaciones» mediáticas de la popular cadena informativa de televisión Al Yazira, cuya central se encuentra en Doha. Qatar rechazó todas estas acusaciones y no cedió a las exigencias de sus vecinos, pese a la mediación internacional.