Según informa «The Sun», fue esa misma caída la que hizo que el incendio se extendiera por todo el jardín. El niño, lejos de asustarse, fue corriendo hacia su abuelo e intentó arrastrarlo hacia un lugar seguro lejos de las llamas.
Dado el peso de su abuelo fue, evidentemente, imposible. Este había perdido el conocimiento y no pudo hacer nada, pero no dejó de intentarlo. Cuando el cansancio hizo mella en Yushkov, empezó a gritar pidiendo ayuda a su madre, que se encontraba cocinando dentro de la casa ajena a lo que sucedía en el jardín.
Yulia Zakharkina, de 30 años, salió corriendo en cuanto escuchó los gritos de su hijo, al que habían alcanzado las llamas. Trató de extinguir el fuego pero ya era demasiado grande y no pudo. El abuelo falleció envuelto en llamas y al niño, aún con vida, lo llevaron al hospital en una unidad especializada en quemaduras.
El pequeño Slava tenía el cuerpo completamente quemado, hasta el punto de que los médicos de urgencias se vieron obligados a inducirle el coma. Consiguió sobrevivir diez días, pero después su corazón se detuvo a causa de las graves heridas sufridas.
Slava Yushkov se ha convertido en todo un héroe en Rusia, tras dar su vida por intentar salvar la de su abuelo. Ninguno de los dos logró sobrevivir. El pequeño ha recibió la Medalla de Valor del Estado ruso a título póstumo.