Carvajal, que cuenta con una carrera militar de más de 30 años y que llegó a ser jefe de la inteligencia militar de Venezuela durante el mandato de Hugo Chávez, está reclamado por Estados Unidos ante la presunta comisión de delitos de asociación ilícita y tráfico de estupefacientes y de armas en el contexto de sus relaciones con las FARC colombianas.
«Yo en la Justicia de Estados Unidos no confío, el solo hecho de que me hayan hecho lo que hicieron es suficiente motivo. No voy a tener derecho a la defensa de ningún tipo y a promover pruebas tampoco», manifestó Carvajal ante el tribunal.
La Fiscalía, por su parte, apoya su extradición por la «gravedad» de los delitos. Carvajal explicó tras su detención al juez de refuerzo de la Audiencia Nacional, Alejandro Abascal, que salió de Venezuela en barco, rumbo a República Dominicana, un mes después de que su familia abandonase el país y se estableciera en Madrid. Trataba de esta forma de mostrar cierto arraigo en la capital madrileña, pero el juez ordenó su ingreso en prisión provisional ante el riesgo de fuga.
El nombre del exgeneral chavista volvió a adquirir relevancia cuando el pasado 21 de febrero grabó un vídeo en el que reconocía la legitimidad de Juan Guaidó como presidente venezolano e instó a los militares a la rebelarse contra el régimen de Nicolás Maduro. A pesar de ello, Carvajal también ocupó el cargo de responsable de Inteligencia durante algún tiempo bajo el mandato del sucesor de Chávez.
Carvajal justificó su contacto con las FARC asegurando que se produjo por orden del exmandatario Hugo Chávez como parte de su labor como jefe de la inteligencia militar venezolana.
Asimismo, la abogada del exgeneral insistió en que no tendrá «derecho a la defensa de ningún tipo», porque «todos los que pudieran atestiguar» en su favor «están sancionados, con la visa retirada en Venezuela, presos o muertos, como Hugo Chávez».