Uyinene Mrwetyana, estudiante de primer año de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT por sus siglas en inglés), fue violada y brutalmente asesinada por un empleado de una oficina de correos cuando fue a recoger un paquete. Según las primeras investigaciones, el crímen se produjo dentro de la Oficina de Correos de Clareinch, en Ciudad del Cabo. El presunto violador, de 42 años, fue arrestado el viernes y el lunes acudió al tribunal donde confesó los hechos y mostró a la policía donde arrojó su cuerpo.
El brutal asesinato de la joven de 19 años, que había desaparecido el 24 de agosto, ha conmocionado tanto a los estudiantes, como a los dirigentes de la universidad y a los empleados de los servicios postales. Así como a toda la sociedad sudafricana, quien ha pedido un «apagón nacional» para protestar contra el feminicidio. Las mujeres han recurrido a Twitter usando el hashtag #AmINext, preguntando si se convertirán en la próxima víctima de asesinato.
En medio de la angustia nacional el presidente del país, Cyril Ramapahosa, ha tenido que salir a condenar tanto este crimen como el de la campeona de boxeo Leighandre «Baby Lee» Jegels, que fue asesinada presuntamente por su novio, un oficial de policía.
«El asesinato de estas dos mujeres jóvenes, una a manos de un extraño y la otra asesinada por un hombre que supuestamente era su novio, sigue siendo un claro recordatorio de que las mujeres de Sudáfrica no están seguras, ni en sus hogares ni en las calles», dijo Ramaphosa el martes en un comunicado.
«Todos debemos bajar la cabeza avergonzados»
El presidente lamentó que las mujeres vivan con miedo en Sudáfrica: «Los asaltos, violaciones y asesinatos de mujeres sudafricanas son una mancha en nuestra conciencia nacional», dijo el máximo dirigente. «Acabamos de conmemorar el Mes de la Mujer. Sesenta y tres años después de que las mujeres de 1956 marcharan por el derecho a vivir en libertad, las mujeres en este país viven con miedo y no por la policía del apartheid si no por sus hermanos, parejas o conocidos», continuó Ramaphosa. «Todos debemos bajar la cabeza avergonzados», sentenció el presidente.
En 2019, la Presidencia firmó la Declaración sobre la violencia de género y el feminicidio con diversas formaciones de la sociedad civil y ha ordenado que se preste atención urgente a su implementación, particularmente en las medidas inmediatas en torno al apoyo a las víctimas y el acceso a refugios para las víctimas.
Algunos miembros del Parlamento han instado al presidente a declarar una emergencia nacional, mientras que otros piden penas más severas para los que cometan actos violentos contra las mujeres y hasta que vuelva de la pena de muerte. «Cuando hablamos de igualdad, debemos hablar de igualdad social, la capacidad de hacer las cosas cotidianas, como hacernos las uñas, ir a la clínica, comprar pan sin miedo. Sentirse tan seguro como los hombres», dijo el parlamentario de la Alianza Democrática, Nazley Sharif. Por su parte, el diputado de Luchadores por la Libertad Económica (EFF, por sus siglas en ingles), Mmabatho Mokause, arremetió contra el gobierno por la falta de iniciativas y acción: «Nuestras niñas, nuestras hermanas, están siendo atacadas, pero esto sigue siendo lo de siempre para el partido gobernante». El diputado del Partido de la Libertad Inkatha, Liezl van der Merwe, sugirió que Ramaphosa siguiera los pasos de su homólogo en Sierra Leona y declarara la violencia de género como una emergencia.
Los datos son preocupantes: una mujer es asesinada cada 3 horas en Sudáfrica. En el período de 2017/18, un total de 2.930 mujeres adultas fueron asesinadas. Con los datos de 2016 en la mano, Sudáfrica (con 15,2 asesinatos por cada 100.000 mujeres) sería el cuarto país del mundo con la tasa más alta por detrás de Honduras (35,2%), Jamaica y el vecino Lesotho.