El diputado conservador Jacob Rees-Mogg, defensor incondicional de un Brexit duro, dio ayer la vuelta al mundo tras quedarse repantingado varios minutos en uno de los bancos de la Cámara de los Comunes –la cuál preside– durante la intervención de los parlamentarios.
La arrogancia de su actitud suscitó de inmediato las críticas de buena parte de la oposición, que reprobaron en las redes un comportamiento que tacharon de desconsiderado e irrespetuoso. La parlamentaria laborista Anna Turley, por ejemplo, se dirigió a él afeándole su «desprecio y altanería» hacia la Cámara.
Indiferente a los comentarios, Rees-Mogg, quien encarna la más viva imagen del caballero inglés, permaneció en la misma posición hasta el inicio de la votación, cuando reapareció ya incorporado en su asiento.
I know I’m late with this. pic.twitter.com/S3rsnddfee— Phillip Dyte (@phillipdyte)
3 de septiembre de 2019pic.twitter.com/uRoLwalAho— Andrew Adonis (@Andrew_Adonis)
3 de septiembre de 2019Alas, poor Ophelia pic.twitter.com/mO3jqh39sm— Gaz Weetman (@GazWeetman)
3 de septiembre de 2019