Cada vez más estudios sugieren que en los últimos siglos el cambio climático y la actividad humana está provocando una extinción masiva; una que podría ser muy dañina para la civilización contemporánea. Es difícil poder ver estos efectos, porque requiere trabajar durante décadas y casi estudiar especie por especie (por ejemplo, se están observando en insectos). Ahora, un estudio que se acaba de publicar en Nature Communications, y que ha evaluado más de 10.000 estudios científicos, ha concluido que muchas de las aves que mejor sobreviven en climas templados están adelantando sus ciclos vitales, pero que esto no les está permitiendo mejorar su supervivencia, lo que sugiere que, realmente no se están adaptando al cambio climático.
«La existencia de una respuesta adaptativa incompleta como la detectada sugiere que el cambio global estaría amenazando seriamente la persistencia de las especies», ha dicho en un comunicado Jesús Miguel Avilés, investigador del CSIC que ha participado en el estudio, que ha estado dirigido por científicos del Insituto Leibniz-IZW, en Alemania.
Adaptarse o morir
Los animales se adaptan de forma natural a las variaciones en el clima, tengan estas el origen que tengan. Lo más sencillo es que cambien su comportamiento para sincronizarse con las condiciones climáticas, sencillamente adelantando o atrasando sus ciclos: por ejemplo, cambia el momento en que hibernan, se reproducen o migran. Además, en otros casos, puede ocurrir que la forma o el tamaño de su cuerpo también cambie.
Para los científicos es crucial comprender hasta qué punto estos cambios se están produciendo y si están siendo eficaces. Para averiguarlo, un equipo internacional de 64 científicos, dirigidos por Viktoriia Radchuk, Alexandre Courtiol y Stephanie Kramer-Schadt, del Instituto Leibniz-IZW en Alemania, evaluaron más de 10.000 estudios científicos sobre aves de climas templados.
Una combinación de técnicas de metaanálisis y análisis le permitió a estos científicos evaluar si estos cambios observados están vinculados a una mayor supervivencia o a una mayor descendencia. Los resultados mostraron que no es así. De hecho, se ha observado que las aves estudiadas tienden a reproducirse antes, pero que esto no parece ser especialmente ventajoso.
Y hacerlo rápidamente…
La idea es que las especies pueden quedarse en el hábitat que ocupan hoy, siempre y cuando puedan adaptarse lo suficientemente rápido al cambio climático. «Este no parece ser el caso, porque incluso las poblaciones que están cambiando lo hacen a un ritmo que no garantiza su persistencia», ha dicho en un comunicado Alexandre Courtiol, autor senior del artículo.
En este estudio se ha obtenido otra evidencia del cambio climático: las aves más comunes de climas templados están adelantando el momento en que se reproducen: «Hemos demostrado que en regiones templadas el aumento de las temperaturas está asociado con el adelantamiento de eventos biológicos», ha dicho Viktoriia Radchuk, quien ha explicado que su investigación se ha centrado en pájaros porque estos están entre los pocos animales para los que hay datos tan completos.
Los científicos evaluaron la situación de especies de aves abundantes y comunes, como el carbonero común (Parus major), el papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) y la urraca común (Pica pica), que se consideran como bien adaptadas al cambio climático. Sin embargo, sus resultados no apoyan esta idea.
Además, han señalado la importancia de evaluar el estado de animales que, en teoría, no están tan bien adaptados: «Falta por analizar las respuestas adaptativas entre especies raras o en peligro», ha dicho Stephanie Kramer-Schadt, coautora del estudio. «Tememos que las predicciones para la persistencia de estas especies sea todavía más pesimista», ha añadido. Por ello, los autores del estudio han dicho que esperan que otros científicos investiguen este asunto para poder preparar estrategias de conservación.