Dimite el ministro de la Transición Ecológica de Macron tras sus festines pagados con dinero público

0
Caído en un escándalo de cenas fastuosas, François de Rugy (Nantes, 1973), ministro de la Transición ecológica y ex presidente de la Asamblea Nacional (AN), ha presentado su dimisión a Emmanuel Macron, presidente de la República, abriendo una crisis política entre «chusca» y «esperpéntica».

Ecologista rosa pálido, Rugy fue presidente del grupo parlamentario ecologista entre 2012 y 2016, antes de pasarse al «macronismo» cuando estaba claro el hundimiento catastrófico de la presidencia de François Hollande, entre 2012 y 2017.

Elegido presidente de la República, Macron convirtió a Rugy en «guinda» de su «proyecto ecológico» personal, muy rosa «bombón». Macron propuso y consiguió a paso de carga que Rugy fuese elegido presidente de la AN el mes de junio de 2017.

Convertido en tercer personaje en la jerarquía del Estado a una velocidad vertiginosa, fue el segundo presidente más joven de la AN, tras los lejanos años de Laurent Fabius, antiguo socialista tendencia «arcoiris» (por la diversidad de sus muy distintos «compromisos progresistas»).

Instalado en la AN, Rugy se consagró a su nuevo y alto cargo con mucha vehemencia gastronómica. Organizando un largo rosario de cenas con los más selectos manjares (langostas, caviar, etcétera), «regadas» con los vinos y champanes más caros de Francia, con precios de 500 euros la botella.

El diario online «Mediapart» (izquierdista, tradicionalmente bien informado) descubrió con dos años y medio de retraso la pasión de Rugy y su esposa por los más altos festejos, celebrados con cargo a los presupuestos del Estado. Los Rugy comenzaron por «desmentirlo todo». Los desmentidos han durado una semana corta.

El rosario de las revelaciones sobre el comportamiento muy «nuevo rico», con cargo al horario público, ha terminado transformándose en un escándalo. Macron pidió a su primer ministro, Édouard Philippe, que impusiera alguna forma de “claridad”. Rugy ha tardado veinticuatro horas en dimitir.

Macron se verá forzado a un cambio de gobierno «grande» o «pequeño», él decidirá, en unas condiciones particularmente lamentables: acosado por las revelaciones sobre el comportamiento esperpéntico de un ex presidente de la Asamblea Nacional y ex ministro.