Muere carbonizado un hombre de 73 años en un campamento de Lisboa

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Un hombre de 73 años murió este sábado en un campamento de Costa da Caparica, al otro lado de Lisboa, tras declararse un incendio en el recinto. Su cuerpo apareció completamente carbonizado.

El suceso dejó impresionadas a numerosas personas que se encontraban en la zona, especialmente porque el ciudadano portugués tenía una discapacidad y estaba en una silla de ruedas.

Se da la circunstancia de que el hombre llevaba varios años viviendo en el campamento junto con su esposa, que sin embargo no se hallaba entonces en la explanada y, cuando se enteró posteriormente, sufrió un ataque de ansiedad.

En cuanto Protección Civil tuvo conocimiento del fuego, las sirenas de diversos vehículos de bomberos y policía sembraron la alarma en la capital portuguesa, situada a solo 16 kilómetros del lugar de los hechos. Igualmente, las redes sociales dieron cobijo al aviso, con mensajes que constataban el trajín de las furgonetas de emergencias en las vecinas Cascais y Sintra.

La Guardia Nacional Republicana emitió un comunicado oficial en el que aseguraba: «Un establecimiento de acampada ardió en la mañana de este sábado 13 de julio y, cuando llegaron las autoridades, encontraron el cuerpo de un hombre carbonizado».

Se quemaron al menos nueve tiendas de campaña, cinco de ellas en su totalidad. La alerta saltó a las 9:20 horas, con la causa del incendio envuelta en una incógnita, por lo que la Policía Judicial ha iniciado una investigación.

Costa da Caparica es un área muy popular como vía de escape de los lisboetas. Incluso funciona un tren turístico que recorre las más de 25 playas consecutivas que se ubican allí.

Precisamente, la polémica se ha adueñado de la zona porque el Ayuntamiento de Almada, al cual pertenece el enclave, va a cerrar todas las playas a la vez durante cinco días (del 19 al 24 de agosto) para colocar un millón de metros cúbicos de arena.

Dado que el turismo es la principal fuente de ingresos de los comerciantes, la agrupación que los asocia ha puesto el grito en el cielo, pero un portavoz municipal afirma que se trata de una operación necesaria para «proteger la zona costera durante el invierno» y que únicamente podía realizarse en esas fechas.

El controvertido plan, con un presupuesto de 6,3 millones de euros, comenzará a aplicarse en las playas de la Salud, Nueva y Tarquino-Paraíso.

La colocación de arena en las playas exige una ondulación inferior a los dos metros. Y también debe tenerse en cuenta el viento reinante allí mismo.