El Partido Socialista francés, más debilitado que nunca en su 50 cumpleaños

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El Partido Socialista (PS) francés, del que fue miembro Emmanuel Macron antes de fundar su propio movimiento político, cumple hoy 50 años y se encuentra en la situación más débil de su intensa historia, tras haber acumulado las derrotas electorales desde 2017. Fundado el 4 de mayo de 1969 para suceder a a la SFIO (Sección francesa de la Internacional Obrera) -creada en abril de 1905 con motivo de trascender las divisiones de las numerosas corrientes socialistas en Francia- el PS ocupó el Palacio del Elíseo durante 19 años en total.

Las desastrosas elecciones legislativas de 2017 -que ya sucedían a una elección presidencial en la que el candidato socialista Benoît Hamon había fracasado- llevaron el PS a pasar de 284 diputados en el Parlamento Nacional a únicamente 30. Incapaz de financiar el mantemiento de su sede histórica de la calle Solferino en París, al vivir una caída exponencial de sus ingresos, la izquierda francesa había tenido que deshacerse del «palacete» de 3.000 metros cuadrados para mudarse en una zona más «popular».

Manteniendo la tendencia de caída, los resultados históricamente bajos de 6.2 por ciento de los votos obtenidos en las recientes elecciones europeas han posicionado a los socialistas a la baja, tras reunir el menor apoyo de entre los 6 partidos principales de Francia. El partido ha iniciado una reestructuración liderada por su secretario general, Olivier Faure, quien presentará hoy su visión respecto al futuro -o la desaparición- del PS, que ha perdido la casi totalidad del terreno político galo, suplantado por la izquierda radical e inclusive por la izquierda ecologista.

El partido que implementó la semana laboral de 35 horas, la cobertura sanitaria universal y que inició la adopción de la ley que legalizó el matrimonio homosexual en 2013, tuvo que aliarse con el recién creado «Plaza Pública» para apenas superar el 5 por ciento de los votos, necesario para sentarse en el Parlamento Europeo.

En respuesta a los pésimos resultados de los socialistas en las elecciones europeas, que Faure había calificado en una entrevista con el periódico francés «Le Monde» de «insuficientes», el secretario general había abogado por «la unificación de una izquierda fragmentada» que según él tiene que aprovechar su gran potencial electoral y había defendido una aproximación entre los socialistas y los ecologistas, que podían juntos «presentar la única alternativa realista a la derecha y a la derecha radical».