El proyecto de ley del Reino Unido debería garantizar que «las grandes empresas digitales paguen un impuesto sobre los servicios digitales que refleje el ingreso que le generan los usuarios británicos», según ha comunicado el Tesoro. «Este impuesto será diseñado para garantizar la e
quidad y la competitividad en este sector, en espera de un acuerdo internacional más permanente», ha comentado Jesse Norman, un alto funcionario del Tesoro.
Anunciado en el mes de octubre de 2018 por Philip Hammond, ministro de Economía, el impuesto debería ascender al 2 por ciento en algunos servicios digitales claramente identificados como «motores de búsqueda, redes sociales y centros comerciales en línea». Su implementación está programada para el próximo mes de abril y solo se aplicará a las empresas que generan más de 560 millones de euros anuales y podría recaudar alrededor de 445 millones de euros para el Estado, al año.
Una portavoz del ministerio insistió el jueves en que el Tesoro «había sido muy claro sobre su fuerte preferencia por una solución global o gestionada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)». Por esta razón Reino Unido ha anunciado su intención de iniciar una conversación respecto a este impuesto durante la reunión del G7 la próxima semana. Sin nombrarlos, el impuesto se dirige directamente a los gigantes digitales de EE. UU.. El «Gafa» (Google, Amazon, Facebook, Apple), cuyos nombres aparecen regularmente en la prensa británica por la ridícula cantidad de impuestos que pagan.