La selección femenina de fútbol de EE.UU. desaira a Trump y se niega a ir a la Casa Blanca

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«A la jodida Casa Blanca no voy. Y dudo que nos inviten. Y si lo hacen no iré». Victoriosas y con toda una Copa del Mundo bajo el brazo, las mujeres que integran la selección nacional de fútbol de EE.UU. han regresado a su país convertidas en símbolos feministas y LGTB, dispuestas además a hacer política y a enfrentarse al presidente de Estados Unidos. Al frente de ese equipo está la capitana de la selección, Megan Rapinoe, que es quien dijo que se niega a ir a la Casa Blanca mientras en ella viva Donald Trump.

La selección se declaró ganadora el domingo en el mundial organizado por la Fifa en Francia, con una victoria 2-0 sobre Países Bajos. Ganaron todos los partidos, marcaron 26 goles y encajaron sólo dos en todo el torneo. Es el cuarto mundial que ganan. El miércoles, invitadas por el Ayuntamiento, las triunfadoras desfilarán por Nueva York y han sido invitadas al Capitolio por la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. A la Casa Blanca no han sido invitadas.

La selección femenina de fútbol se ha convertido en un símbolo de resistencia para quienes se oponen a Trump. Sus integrantes han denunciado a la federación nacional para que les pague lo mismo que ganan los jugadores varones. Y en un gesto muy poco común en el mundo del fútbol, una buena parte de las jugadoras y la entrenadora han salido del armario y se han declarado abiertamente lesbianas para visibilizar su condición.

Un ícono feminista
La capitana, Rapinoe, se ha convertido en un ícono feminista, y en una de las ruedas de prensa posteriores a la victoria en Francia dijo que su «equipo está cambiando el mundo a nuestro alrededor, algo que produce un increíble gozo», informa AP. «Dato científico: los gays mandamos», dijo Rapinoe en Twitter después del triunfo.

Este posicionamiento político las ha convertido en símbolos para la izquierda, invitadas por el alcalde neoyorquino, Bill de Blasio, y Pelosi, y felicitadas en redes sociales por el expresidente Barack Obama y la popular diputada Alexandria Ocasio-Cortez.

Al presidente, al que le gustan los deportes y que suele invitar a los ganadores de torneos y campeonatos nacionales e internacionales a comer hamburguesas y perritos en la Casa Blanca, estas mujeres le han dejado de lado. Él de momento ha actuado como si la cosa no fuera con él y las ha felicitado por su victoria. «Quiero felicitar al equipo de fútbol femenino por ganar la Copa del Mundo. Es un logro increíble. Fue un partido muy emocionante. Son grandes jugadoras, y es un gran honor que EE.UU. haya ganado gracias a ellas», dijo el presidente el domingo.