Robert Mugabe será enterrado en un santuario nacional

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La familia de Robert Mugabe y el gobierno de Zimbabue han protagonizado un intenso e incómodo tira y afloja durante los últimos días sobre cuando y donde enterrar al héroe convertido en dictador. Según las últimas informaciones, Mugabe será finalmente enterrado en el santuario del Acre de los Héroes en Harare, reservado a aquellos que lucharon contra el gobierno de la minoría blanca y donde descansa su primera mujer Sally Hayfron. El sábado se espera que varios jefes de estado africanos, entre ellos el sudafricano Cyril Ramaphonsa y Uhuru Kenyatta de Kenia, asistan a una ceremonia estatal en el Estadio Nacional de Deportes. Al día siguiente se llevará a cabo una ceremonia pública en el santuario nacional y, posteriormente se celebrará otra en la aldea natal de Mugabe, Kutama.

No habrá entierro privado y familiar en el distrito rural de Zvimba, como deseaba los consanguíneos del recientemente fallecido, Robert Mugabe. Finalmente la familia del expresidente, muy resentida por el golpe militar que apartó al líder del poder hace dos años, habría accedido a las presiones de la administración de Emmerson Manangagwa. Pocas horas después de su muerte, el actual presidente del país le concedió el estatus de héroe nacional, el mayor honor de Zimbabue; lo que lo hizo elegible para ser enterrado en el santuario nacional del Acre de los Héroes. Sin embargo, por aquel entonces los planes de la familia eran muy distintos.

«No queremos que venga el público, no queremos que se sepa dónde va a ser enterrado», dijo el jueves Leo Mugabe, sobrino del fallecido y portavoz de la familia. Este acusó, además, al gobierno de obligarlos a aceptar un programa para el funeral y el entierro que contradice los deseos del difunto estadista.
Mugabe no quería que su muerte fuera explotada por sus sucesores con fines políticos. Desde entonces, la administración y los familiares liderados por Grace «Gucci» Mugabe han mantenido un intenso pulso sobre los arreglos funerarios.

La decisión final de enterar al expresidente zimbabuense en el santuario nacional
se produjo después de consultar a los influyentes jefes tradicionales, quienes también podrán despedir al «padre de Zimbabue» tras las ceremonias programadas para este fin de semana.

El lugar elegido para enterrar sus restos es un santuario ubicado en una cima de una prominente colina que cuenta con una imponente escultura de guerrilleros. Su construcción realizada por arquitectos zimbabuenses y norcoreanos fue supervisada por el propio Mugabe. Durante sus 37 años en el poder,
él decidió quienes de sus antiguos camaradas merecía el honor de ser enterrado allí y quien no. El funeral es financiado por el estado así como los gastos de repatriación del cuerpo.

Estampida con heridos
Miles zimbabuenses se acercaron durante el jueves y el viernes al estadio de

Fútbol Rufaro en el municipio de Mbare (Harare), donde Mugabe juró como primer líder de Zimbabue en 1980, para presentar sus respetos al que consideran su héroe. El cuerpo del veterano líder político llegó el miércoles a Zimbabue procedente de Singapur en un avión privado contratado por el gobierno. El ataúd fue recibido por la guardia de honor militar y por decenas de seguidores que se acercaron al principal aeropuerto del país.

En la jornada del jueves, a la que sí asistió la viuda Grace Mugabe, se produjo una estampida en el estadio que terminó con decenas de heridos y una dura intervención de las fuerzas del orden. Algunos asistentes invadieron el campo saltándose el cordón policial para acercarse a ver al exlíder, una acción que empañó el luto que hasta entonces se había caracterizado por los cantos y tambores de canciones tradicionales de duelo. El viernes las medidas de seguridad se extremaron para que no volviera a repetirse el caos del día anterior.

Mugabe, uno de los últimos «Grandes Hombres» de la política africana, falleció hace una semana a los 95 años en un hospital privado de Singapur donde recibía tratamiento desde abril. El héroe convertido en tirano fue derrocado por su propio ejército en noviembre de 2017.