Por un lado, Mohsen Marzouk, de la formación Machrou Tounes, formada por disidentes de Nidaa Tounes, hizo pública su decisión a 48 horas de la fecha electoral en defensa «del interés general del país» y apeló al voto «útil».
Lo mismo hizo ayer su oponente Slim Riahi, del partido Unión Patriota Libre, a pocos minutos de terminar la última jornada de la campaña electoral. A través de un vídeo publicado en las redes sociales, Riahi aseguró que, pese a encontrarse en una «buena» posición en los sondeos internos –los públicos están prohibidos–, renunció al no tener las «mismas oportunidades» que el resto de candidatos por el hecho de encontrarse fuera del país.
El político, que también es cabeza de lista para las legislativas en el extranjero, es expresidente del club de fútbol African y se encuentra en Francia desde que huyese a principios de año después de que la Justicia dictara una orden de arresto contra él por malversación de fondos.
Por su parte la Instancia Superior Independiente de las Elecciones (ISIE), encargada de supervisar los comicios, declaró que la retirada de los candidatos no tiene ningún valor legal y que sus nombres seguirán en las papeletas electorales por lo que los ciudadanos podrán votar por ellos.
Túnez inició el pasado 2 de septiembre la campaña en territorio nacional, donde cerca de siete millones de tunecinos están llamados a las urnas, y durará hasta el próximo 13 de septiembre. Si ninguno de los 26 candidatos en concurso logra la mayoría absoluta se deberá celebrar una segunda vuelta antes del próximo 13 de octubre según reveló ayer la ISIE, aunque todavía no hay fecha fijada.
Normas para la campaña
La Instancia publicó una guía con las reglas a respetar, entre ellas, la neutralidad de la Administración, los lugares de culto y los medios de comunicación, así como la prohibición de difundir sondeos de opinión relacionados con los comicios. Asimismo desplegó 1.500 observadores durante la campaña mientras que el día del voto contará con un total de 10.000 agentes.
Entre los candidatos se encuentran el expresidente Moncef Marzouki, el candidato del partido islamista «Ennahda» –primera fuerza en el Parlamento–, Abdelfattah Morou y el exjefe de Gobierno, Youssef Chahed. Éste último delegó sus poderes durante la campaña electoral al ministro de la Función Pública, Kamel Morjane, para acallar las críticas que le acusan de explotar los recursos del Estado y favorecer así su candidatura.
También participa el controvertido magnate de la televisión Nabil Karoui, que lidera los sondeos en intención de voto y que se encuentra en prisión provisional desde el pasado 23 de agosto acusado de fraude fiscal y blanqueo de dinero.
Prevista inicialmente en noviembre, la ISIE se vio obligada a anticipar la cita electoral dos meses a causa de la muerte el pasado 25 de julio del presidente de la República, Béji Caid Essebsi, a los 92 años de edad.
Túnez celebrará también elecciones legislativas el próximo 6 de octubre en las que concurren 1.400 listas y más de 14.000 candidatos.