Así lo considera Catherine de Bolle, directora de Europol, oficina europea de Policía, que en una entrevista con Reuters, ha asegurado que las redes 5G van a provocar que la monitorización de los criminales «sea mucho más difícil» porque »dispersan los datos en muchos elementos del sistema». A su juicio, los organismos de seguridad «aún no cuentan con las regulaciones o la tecnología doméstica para llenar el vacío policial que se abrirá cuando las redes 4G se vuelvan obsoletas».
Hasta ahora, las autoridades policiales europeas pueden escuchar y rastrear a los delincuentes cuando emplean dispositivos de comunicación móviles a través de la red 4G, pero la policía advierte de que se enfrenta a muchos obstáculos cuando se generalicen las nuevas conexiones: «no podemos usarlos en la red 5G». Europol, además, ha mostrado su queja al entender que cuando se debatió la estandarización de las nuevas conexiones -que deben de estar listas para 2020- se eludió la posición de la policía.
»El mayor riesgo es que no somos lo suficientemente conscientes de los desarrollos a nivel tecnológico, y tenemos que estar a la vanguardia en esto. Tenemos que entender lo que está sucediendo y tenemos que tratar de dar respuestas», apuntó De Bolle, aunque desde la GSMA, organismo que representa a operadores móviles a nivel global, ha salido al paso de estas acusaciones defendiendo que los criminales seguirán siendo rastreados de manera legal como hasta ahora. «Seguirán pudiéndose interceptar», aseguraban fuentes de la institución a la cadena BBC.
Expertos en seguridad informática temen, precisamente, que surja una nueva edad de oro de cibercrímenes. «Habrá que cambiar todos los paradigmas alrededor de la nueva tecnología y habrá una nueva forma de estar conectado y trabajando. También en la policía. Un dispositivo conectado supone problemas y riesgos. Hay muchas bondades pero también muchos riesgos», explica a este diario Hervé Lambert, de la firma de seguridad Panda, quien descuelga un símil para comprenderlo: «Vamos a poner muchas más ventanas a los edificios que tenemos que proteger». Algunas estimaciones consultadas apuntan a que para 2025 habrán más de 50.000 dispositivos conectados.
«Se pueden secuestrar dispositivos, interceptar en las comunicaciones, desviar las tecnología para hacer lo que queramos, pero [con el 5G] tendremos que adaptarnos a las necesidade de este nuevo mundo. Habrá tantos chicos malos o más como ahora. Esos cibercriminales seguirán haciendo sus actividades por otras vías. España es uno de los países donde hay mucha actividad de ciberataques. Hay una cosa clara: cuanto mayor es el uso de la tecnología, mayor es el riesgo de ciberataque», sostiene.
¿Estamos preparados? «No», responde tajantemente este experto. «Las empresas de seguridad nos estamos preparando, estamos montando estructuras de protección, pero tampoco tenemos una varita mágica para saber lo que va a pasar de aquí a cinco años», lamenta. A su juicio, con la llegada del 5G «va a ser más difícil controlar al malo», pero también los cibercriminales van a tener «muchas más formas de llegar a donde quieren llegar».