Éric Zemmour, el nuevo candidato de extrema derecha que podría desestabilizar a Marine Le Pen

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Francia se consolida electoralmente como un país conservador, muy conservador o ultra conservador. Pero, por vez primera, desde hace muchos años, Marine Le Pen retrocede en las intenciones de estima y voto en la primera vuelta de la próxima elección presidencial.

Marine Le Pen, la presidenta de Agrupación Nacional (AN, ex Frente Nacional, FN), consiguió el 21,3 % de los votos en la primera vuelta de las presidenciales del 2017, eliminando a los candidatos conservador, comunista y ecologista, antes de ser derrotada por Emmanuel Macron en la segunda y decisiva vuelta.

La extrema derecha francesa ya era, entonces, desde hacía muchos años, el partido más votado por los obreros. Durante los últimos cuatro años, Marine Le Pen continuó creciendo en las intenciones de voto, llegando a cotizarse como posible presidenta de Francia.

Durante los meses de junio y julio pasado, Marine Le Pen llegó a tener el 28 % de las intenciones de voto en la próxima elección presidencial, fijada para el 10 y el 24 de abril. Dos meses más tarde, la presidenta de AN, la formación histórica de la extrema derecha francesa, solo tiene un 18 % de intenciones de voto. Ha perdido 10 puntos en apenas dos meses.

Una figura desestabilizadora para Marine Le Pen
Marine Le Pen parece ser víctima de un desgaste significativo y de la aparición de un eventual candidato ultra conservador, Éric Zemmour, que cuenta con un 11 % de intenciones de voto, antes siquiera de haber confirmado su previsible candidatura a la elección presidencial.

Polemista, ensayista, autor de libros de venta millonarios, condenado en varias ocasiones por delitos de «incitación al odio racial», Éric Zemmour se ha convertido en una revelación política que puede desestabilizar a todas las derechas francesas.

Hijo de franceses de confesión judía, huidos de Argelia, tras la guerra de liberación nacional, Zemmour nació en Montreuilt (periferia parisina muy multicultural), en 1958, y fue educado en la tradición religiosa judía. Habla hebreo frecuentó ritualmente varias sinagogas parisinas, hasta los primeros años de este siglo.

Periodista muy combativo, su carrera política comienza con la publicación de ensayos muy polémicos, como ‘El suicidio francés’ (2014), donde comenzó a esbozar su tesis francés: ‘La destrucción de Francia, suplantada por árabes y negros’. ‘Francia no ha dicho su última palabra’, su último libro, publicado este mismo mes de septiembre, vendió 80.000 ejemplares en apenas cuatro días.

Se presta a Zemmour la intención de presentarse como candidato a la elección presidencial. Y los institutos de opinión comienzan a cotizarlo, antes siquiera de la confirmación de su eventual candidatura.

Antes siquiera de ser candidato, Zemmour tiene entre un 10 y un 11 % de intenciones de voto. Prácticamente el doble que Anne Hidalgo, la alcaldesa de París, gaditana de nacimiento. Esas intenciones de voto pueden desestabilizar la candidatura de Marine Le Pen y las posibles candidaturas conservadoras tradicionales.

Emmanuel Macron sigue siendo el líder absoluto en intenciones de voto, en la primera vuelta: 23 % de posibles votos. Seguido de Marine Le Pen (18 % intenciones de voto) y Xavier Bertrand (14 % intenciones de voto), el candidato mejor cotizado de la derecha tradicional. Con 10 / 11 % intenciones de voto, Zemmour, tiene más intenciones de voto que el candidato de la extrema izquierda, Jean-Luc Mélenchon (de origen familiar murciano), que solo tiene de 7 a 8 %.

Se trata de un paisaje político, electoral, en plena metamorfosis de fondo: la derecha tradicional parece víctima de sus divisiones, con demasiados candidatos a la presidencial; la extrema derecha tradicional parece perder terreno; las izquierdas continúan hundidas en una crisis sin duda histórica. La única novedad es la aparición de un posible candidato ultra conservador.