Los movimientos de Hamás supondrían que el Gobierno de Erdogan estaría violando el acuerdo alcanzado en 2015 con mediación de Estados Unidos por el que se comprometió a no permitir este tipo de actividades por parte de un grupo al que Ankara considera «partido político legítimo palestino», pero que para la Unión Europea y Estados Unidos es una «organización terrorista».
Nada más conocer la noticia, Barkat se dirigió al embajador de Estados Unidos en Jerusalén, David Friedman, y le pidió que aplicaran a Turquía castigos similares a los impuestos a Irán. El exalcalde, ahora diputado del Likud, denunció que «una vez más tenemos la confirmación de que Turquía apoya el terrorismo y ofrece un cálido hogar a Hamás y a todo aquél que esté dispuesto a hacer daño a Israel». El ministerio de Exteriores también mostró su «profunda preocupación» por estos hechos relatados en la investigación de «The Telegraph».
Estambul, santuario
El diario británico contactó con las autoridades de Ankara y con Hamás, pero en ambos casos consideraron las acusaciones «sin fundamento». Cada vez que se pregunta al movimiento islamista por sus actividades en el exterior, insiste en que su único campo de batalla son los territorios palestinos.
El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan es el brazo turco de los Hermanos Musulmanes, misma cofradía a la que pertenece Hamás. Durante muchos años Siria fue el santuario de los islamistas palestinos, pero el estallido de la guerra y su oposición a Bashar al Assad les obligó a abandonar Damasco y mudarse a Estambul. Según reveló la inteligencia israelí y egipcia a «The Telegraph»,
Hamás habría desplazado a esta ciudad a once altos cargos en 2018, siete de ellos expresos liberados en el intercambio por el soldado Gilad Shalit de 2011, que permaneció cinco años secuestrado en Gaza. La inteligencia de Israel y Egipto asegura que entre los islamistas se encontraría también Abdel Rahman Ghanimat, a quien el Estado judío acusa de estar al frente del comando que en 1997 atentó en el Café Apropo de Tel Aviv y asesinó a tres jóvenes.
Por primera vez desde que fue elegido máximo dirigente de Hamás en 2017, Haniya pudo ir más allá de Egipto y hace una semana viajó a Estambul para encontrarse con Erdogan. En el transcurso de la entrevista en el Palacio de Dolmabahçe trataron temas como la grave situación humanitaria que sufre Gaza, sometida a bloqueo egipcio e israelí desde hace una década, o la situación que se vive en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, tercer lugar más sagrado para los musulmanes por detrás de Meca y Medina.