Las declaraciones de Trump contradicen un artículo publicado ayer por el diario Político que acusaba a Israel de haber colocado unos «misteriosos» aparatos de espionaje cerca de la Casa Blanca. «No me lo creo. No, no creo que los israelíes nos estén espiando. Me sería muy difícil creerlo. Mi relación con Israel ha sido genial», manifestó Trump en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca. A continuación, el mandatario concedió: «Cualquier cosa es posible, pero no me lo creo». Trump insistió en las robustas relaciones que mantiene con Israel y citó su campaña de «máxima presión» hacia Irán, que ha recibido el firme apoyo del Gobierno de Netanyahu.
El diario Politico, citando a funcionarios de EE.UU., publicó un artículo en el que asegura que el Ejecutivo israelí posiblemente colocó cerca de la Casa Blanca unos aparatos de espionaje en miniatura, llamados «Stingrays». Según ese medio, el Gobierno de Trump llegó a la conclusión de que Israel era el responsable de esos actos de espionaje, pero decidió no darse por enterado y no reprimir a las autoridades israelíes.
Desde Israel, la oficina de Netanyahu consideró que el artículo de prensa supone una «mentira descarada». «Existe un compromiso de larga duración y una directiva del Gobierno israelí que establece que no se participará en ninguna operación de inteligencia en EE.UU.», dijo la oficina del dirigente israelí en un comunicado.
Este embrollo diplomático entre Washington y Tel Aviv se produce poco antes de las elecciones generales que Israel celebrará el 17 de septiembre. Esos comicios serán los segundos en lo que va de año después de que Netanyahu fracasara este pasado mayo en su intento de formar una coalición gubernamental y se disolviera la Knéset (Parlamento israelí).