No es como parece

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La batalla del Brexit está más lejos de resolverse hoy que hace una semana después de que casi todo le haya salido mal a Boris Johnson en el Parlamento. O no. Es evidente que ha perdido votaciones trascendentales y sobre todo que su supuesto estratega genial, Dominic Cummings, le dio un arma eficaz a sus adversarios: al insistir en que el Brexit sería el 31 de octubre, sí o sí, y sabiendo que eso le daría un enorme respaldo popular en las urnas, el objetivo de los laboristas fue conseguir impedir la fecha a toda costa. Lo que lograron por medio del Fixed-term Parliaments Act, otra genial herencia del Gobierno de coalición de Cameron y los liberaldemócratas que impide a un primer ministro convocar elecciones anticipadas sin el respaldo de dos tercios de la Cámara. Johnson se creyó que con Corbyn exigiendo elecciones desde hace un año eso estaba hecho. Pero Corbyn es marxista, mas no idiota.

La posibilidad de un Brexit el 31 de octubre, con o sin acuerdo, da a Johnson en las encuestas una victoria electoral de entre 7 y 12 puntos porcentuales lo que le garantiza una mayoría en los Comunes entre cómoda y arrolladora. Pero las mismas encuestas dicen que si no llega esa salida el 31, unas elecciones en noviembre podrían dar un empate entre los dos partidos tradicionales, con el Partido del Brexit logrando un 18 por ciento de los sufragios y hasta 14 escaños. Esta genial estrategia de Corbyn nos obliga al resto de los europeos a pensar muy detenidamente qué es lo que vamos a hacer el 31 de octubre. Para entonces habremos comprobado que Boris ha enviado a Bruselas una carta diciendo que el parlamento le obliga a pedir otra prórroga. Pero la Comisión verá también que él no hace nada por renegociar. Y las encuestas nos estarán diciendo que unas nuevas elecciones en noviembre pueden producir otro Parlamento sin mayoría absoluta y con la imposibilidad de aprobar el acuerdo ya existente ni pasar un nuevo acuerdo con la UE. ¿Vamos a prorrogar una vez más para vernos en la misma situación? ¿De qué nos vale eso? ¿Cuánto nos está costando este bloqueo?

Como en la cita de Macbeth que encabeza estas líneas, este cuento, lleno de ruido y furia, está narrado por un idiota. Queremos seguir creyendo que habrá un Brexit con acuerdo, pero ni Johnson lo quiere, ni a Corbyn le ha interesado Europa nunca un ápice. De hecho si él hubiera hecho campaña por la permanencia en el referendo del Brexit el resultado probablemente hubiera sido el opuesto. Johnson se convirtió en euroescéptico para llegar al 10 de Downing Street –le salió bien- y Corbyn apoya el acuerdo como forma de ganar votos. Pero el 23 de junio de 2016 casi 17 millones y medio de británicos votaron por el Brexit. La mayoría más contundente de la historia de la democracia británica. Es cierto que algunos se han muerto. Pero muchos que votaron «remain» están avergonzados con la marcha del proceso y quieren acabar de una vez.

No crean que esta semana cambiaron tanto las cosas. Yo sigo apostando a que habrá Brexit sin acuerdo. No hay condiciones para que se logre uno nuevo y Boris sólo ganará las elecciones si se deshace del que firmó Theresa May.