Después de la expulsión de una veintena de conservadores rebeldes del grupo parlamentario, Jo Johnson, sobrio diputado conservador desde 2010, proeuropeo y hasta ayer secretario de Universidades, dimitió por el dilema de tener que elegir entre «entre la familia y el interés nacional».
En una rueda de prensa flanqueado por los policías de West Yorkshire (norte de Inglaterra), en la que una de las agentes casi se desmaya en mitad de su comparecencia, las primeras preguntas de los periodistas a Johnson se refirieron, en una mordacidad muy británica, a la dimisión de su hermano pequeño:
—Si su hermano no puede apoyarlo, ¿por qué debería hacerlo el resto del mundo?
—Si su propio hermano ha perdido la fe en su plan, ¿debería ser usted el próximo miembro de la familia en dimitir?
Visiblemente incómodo, Boris alabó a Jo -«es un tipo fantástico y fue un secretario brillante para la Ciencia»- y reconoció que la salida de la UE «es un tema que divide a familias… a todo el mundo». Jo Johnson ya dimitió durante el Gobierno de May y promovió, como otros conservadores, laboristas y liberales, la convocatoria de un segundo referéndum.
Como si se tratara de una pugna por una herencia millonaria, la estrategia «Brexit o muerte» del «premier» no solo le ha apartado de su hermano sino que ha dividido -al menos mediáticamente- a familia de los Johnson. Lo que ocurrió ayer fue el colofón de las diferencias sobre el Brexit entre Boris con sus hermanos y su propio padre. Pero los Johnson no representan a la típica familia británica. Su padre, Stanley Johnson (79), ex eurodiputado conservador y antiguo funcionario de la Comisión Europea, respaldó públicamente la campaña para continuar en la UE mientras su hijo Boris prometía «recuperar el control» del Reino Unido, el lema diseñado por su actual asesor estrella, Dominic Cummings.
Los Johnson se mueven como pez en el agua no solo en la política, sino también en el periodismo y en la televisión. Stanley sorprendió al país al inscribirse en «Soy una celebridad, sáquenme de aquí» (una suerte de «Supervivientes» británico), pero no logró ganarse al público y fue expulsado de la selva a las primeras de cambio.
También exconcursante de un «reality», en este caso del Gran Hermano VIP, su hermana Rachel Johnson (54), periodista de carrera, ha militado en varios partidos con una trayectoria públicamente europeísta: primero en el Partido Conservador entre 2008 y 2011, para luego unirse a los liberal demócratas para las generales de 2017 y terminar presentándose como eurodiputada -sin éxito- por «Change UK» en las últimas elecciones europeas . El menos conocido de los hermanos es Leo (51), otro alumni de Oxford y que aunque no ha entrado en política como sus hermanos y su padre, sí que ha defendido la permanencia británica a la UE.