«No olvidaremos. Queremos acordarnos y nos acordaremos», ha insistido Steinmeier en unos actos conmemorativos paralelos a los que, en Varsovia y junto al gobierno polaco, asiste la canciller Angela Merkel.
El presidente polaco Andrzej Duda, por su parte, ha subrayado que el fatídico ataque que inició la II Guerra Mundial en Wielun, el 1 de septiembre de 1939, fue un «acto de barbarie» y «un crimen de guerra». Duda ha agradecido a Steinmeier su presencia. «Estoy convencido de que esta ceremonia pasará a la historia de la amistad polaco-alemana», ha dicho, orientando los actos a reforzar la unidad europea, a la que ha reconocido como «garante de la paz en Europa».
Precisamente el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha recibido esta mañana al vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, en Westerplatte para conmemorar el combate desesperado que libró un puñado de polacos en la ciudad de Gdansk, bombardeada por un buque de guerra alemán. Timmermans ha abundado en esa necesidad de unidad europea y en la gratitud hacia quienes combatieron por la libertad, insistiendo en que la idea de «trabajar por la tolerancia, (…) sigue siendo algo necesario y bueno». El vicepresidente estadounidense Mike Pence, que sustituye a Donald Trump después de que este cancelase su viaje a Polonia a causa del huracán Dorian, pronunciará un discurso en la plaza Pilsudski en Varsovia ante la estatua del soldado desconocido.
Seis millones de víctimas
Aprovechando el aniversario, Polonia ha reactivado su petición de indemnizaciones de guerra a Alemania. «Perdimos seis millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial, mucho más que otros estados que recibieron importantes reparaciones. No es justo. Esto no puede seguir así’, ha reivindicado días antes del aniversario el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki. El tema ya había sido puesto sobre la mesa en 2017 por el jefe del partido conservador Ley y Justicia (PiS), Jaroslaw Kaczynski, y Varsovia prepara un informe, mucho más extenso que el de 1947, en el que exige reparaciones valoradas en 850 mil millones de dólares actuales, según ha adelantado el diputado del PiS Arkadiusz Mularczyk, al frente de la comisión parlamentaria encargada de valorar los daños. «Después de todos estos años tras el final de la guerra, Alemania no ha reflexionado sobre su pasado y prefiere defender su estabilidad presupuestaria en lugar de las reglas democráticas del estado de derecho y respetar los derechos humanos», se ha quejado.
Alemania, por su parte, reconoce su responsabilidad en las atrocidades de la guerra, pero rechaza nuevas peticiones de indemnizaciones a Polonia o Grecia. La portavoz del Ejecutivo en Berlín, Ulrike Demmer, ha reiterado que la «posición del gobierno alemán se mantiene invariable, la cuestión de las reparaciones alemanas está cerrada jurídicamente y políticamente». Según las autoridades alemanas, el tema de las indemnizaciones quedó resuelto de manera definitiva con el Tratado 2+4 entre la República Democrática Alemana, la República Federal Alemana y Estados Unidos, Unión Soviética, Reino Unido y Francia.
La agresión alemana comenzó con los bombardeos naval a la guarnición de Westerplatte en la costa del Báltico y aéreo a la pequeña ciudad de Wielun. El ataque se producía solamente una semana después de la firma de un pacto secreto, el llamado acuerdo Ribbentrop-Molotov, entre la Alemania Nazi y la Unión Soviética, para repartirse Europa entre ambas. La guerra a la que daba inicio la invasión alemana de Polonia dejaría entre 40 y 60 millones de muertos, incluidos seis millones de judíos, la mayoría víctimas del Holocausto perpetrado por los nazis alemanes.