Además, y según informa el periódico «South China Morning Post», la Policía impidió al joven líder independentista Andy Chan tomar un avión el jueves por la noche. Tal y como él mismo contó en su página de Facebook, los agentes le dijeron que estaba siendo investigado por el Departamento contra el Crimen Organizado y las Triadas y que sería arrestado pronto. El 1 de agosto, Chan y otras siete personas fueron detenidas en una nave industrial donde la Policía se incautó de diez bates de béisbol, 20 bastones de senderismo con la punta afilada, dos arcos y seis flechas, bolas de metal y cascos y máscaras, los utensilios que emplean los manifestantes en sus enfrentamientos con la Policía.
A la espera de conocer los delitos que le imputa la Policía, el arresto de Joshua Wong añade más tensión a un nuevo fin de semana de protestas por la democracia en Hong Kong. Organizada por el Frente Civil por los Derechos Humanos, que ya ha sacado a millones de personas a la calle contra la suspendida ley de extradición a China, este sábado hay una gran manifestación reclamando pleno sufragio universal. Y para la próxima semana hay un llamamiento a la huelga general que coincidirá con el inicio de las clases, que los estudiantes quieren boicotear el lunes.
Wong, que cumplirá 23 años en octubre, es la cara más visible del movimiento democrático de Hong Kong, pero su papel ha quedado en un segundo plano en las movilizaciones sin líderes que vienen sacudiendo a la ciudad desde principios de junio. En agosto de 2017 ya fue encarcelado seis meses por asaltar la sede de del Gobierno en las protestas que desencadenaron la Revuelta de los Paraguas, que ocupó varios puntos neurálgicos de la ciudad durante 79 días en el otoño de 2014. A finales de junio fue liberado tras cumplir una pequeña condena y enseguida participó en el primer asedio a la comisaría central de Wan Chai, un cerco que luego han repetido los jóvenes manifestantes en unas protestas cada vez más violentas.
En una entrevista concedida a ABC, Joshua Wong se oponía a la ley de extradición a China porque «afecta al sistema fundamental de Hong Kong, que se basa en el imperio de la ley, la independencia judicial y las libertades que tenemos», y aseguró que «las elecciones libres son algo que esperamos conseguir en el futuro». Además, denunciaba que «nadie puede garantizar su propia seguridad viviendo en Hong Kong» bajo el control del autoritario régimen chino.