El planeta entero se calienta como no lo ha hecho en 2.000 años

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La ciencia moderna nació hace no mucho más de 200 años. Esto implica que no hay mediciones de ciertos fenómenos que han ocurrido antes, por lo que hay que trabajar como un detective y buscar pistas. Esto es especialmente importante en el estudio del clima: si queremos entender cómo era antes, cuando no existían los termómetros o el concepto de temperatura, hay que ingeniárselas y buscar indicios indirectos. Por ejemplo, se puede investigar los anillos de crecimiento de los árboles para reconstruir cómo eran las tempearaturas o las precipitaciones hace 1.000 años.

Ahora, un estudio que se acaba de publicar en la revista Nature ha apuntalado fuertemente las pistas indirectas que se usan para comprender el clima de la Tierra en los últimos dos mil años. Gracias a eso, los investigadores, dirigidos por Raphael Neukom, investigador en la Universidad de Berna (Suiza), han concluido que el actual calentamiento global no tiene comparación a nada acontecido en los últimos dos milenios: han confirmado con seguridad que en ese tiempo no ha ocurrido ningún cambio tan rápido ni tan extenso como el actual que, según han averiguado, afecta al 98 por ciento de la superficie del planeta.

Los científicos han trabajado con aproximaciones de temperaturas (algo así como «paleotermómetros») recogidos por la comunidad científica y recopilados en la base de datos PAGES 2k. En concreto, han empleado cerca de 700 registros obtenidos al estudiar los anillos de crecimiento de los árboles, la acumulación de hielo en glaciares, sedimentos de cuevas y el registro químico que queda en el interior de los corales.

Gracias a todos estos datos, el equipo de Neukom ha creado un mapa detallado de los cambios de temperaturas en la superficie del planeta en los últimos dos mil años.

Esto les ha permitido estudiar la extensión y la profundidad de los cambios climáticos ocurridos en ese periodo: la Anomalía Climática Medieval, la Pequeña Edad del Hielo y el calentamiengo global antropogénico observado en los últimos 150 años.

Los dos cambios climáticos anteriores
La Anomalía Medieval es un periodo de temperaturas más cálidas, entre los años 950 y 1100, registrado en ciertas zonas del hemisferio norte y que se ha vinculado con cambios en la actividad solar, erupciones volcánicas o alteraciones de las corrientes oceánicas. Por otro lado, la Pequeña Edad del Hielo se caracteriza por una caída de 0,6ºC en las temperaturas globales en el hemisferio norte y el avance de los glaciares; se cree que también está relacionado con cambios en la actividad volcánica, la actividad solar y alteraciones de las corrientes atmosféricas. Por último, el calentamiento actual ha provocado ya un aumento de la temperatura media global de 0,9 ºC desde finales del siglo XIX, a la vez que se ha refistrado un incremento de la concentración de CO2 en la atmósfera de 280 ppm (partes por millón) a 390 ppm.

La investigación capitaneada por Raphael Neukom ha concluido que, durante la Anomalía Medieval, solo el 40% del planeta experimentó temperaturas más cálidas al mismo tiempo. Y que la Pequeña Edad del Hielo fue la época más fría del pasado milenio, pero que no ocurrió a la vez en todas las regiones del planeta. Por ejemplo, sus datos han mostrado cómo a medidados del siglo XIX las dos quintas parts del planeta experimentaron un clima más frío, mientras que el enfriamiento fue mayor en otras zonas antes de ese momento.

Un cambio climático realmente global
Estos dos cambios climáticos son una sombra del actual. Los datos de Neukom confirman que el calentamiento global actual afecta al 98 % de la superficie del planeta, y que ahora se está atravesando el período más cálido de los últimos dos milenios. Y eso que, debido a la falta de indicadores, las conclusiones de este estudio no recogen el calentamiento experimentado desde principios del siglo actual.

En otro artículo publicado en Nature Geoscience, el equipo de Neukom ha medido la velocidad del calentamiento de la superficie y sus causas. Han concluido que el calentamiento fue máximo durante al menos veinte años a finales del siglo XX, y que los cambios preindustriales (entre los años 1200 y 1800) dependieron básicamente de la actividad de los volcanes. A la vista de todo esto, los autores creen que los pronósticos climáticos para las próximas décadas son realistas.

Por último, otro estudio publiado en Nature Geoscience y liderado por Stefan Brönnimann, también investigador en la Universidad de Berna, ha mostrado cómo una acumulación de erupciones a comienzos del siglo XIX fue seguida de un enfriamiento y de un drástico cambio en el clima, con sequías en Áfricas y débiles monzones.

En conjunto, los tres estudios detallan cómo ha cambiado el clima en los dos últimos milenios, y cómo destaca la actual tendencia de calentamiento global.

Tal como ha explicado en un artículo de análisis Scott St. George, investigador en la Universidad de Minnesota: «La familiar máxima de que el clima siempre está cambiando es cierta», ha escrito el experto. «Pero incluso cuando miramos atrás, hasta los primeros días del Imperio Romano, no podemos discenir ningún evento que sea remotamente equivalente, tanto en grado como en extensión, al calentamiento que ha ocurrido en las útimas décadas. El clima de hoy en día destaca en su tórrida sincronía global».