El nuevo «premier» tendrá que enfrentarse a la crisis del Brexit y quiere dar carpetazo cuanto antes. Durante la campaña interna «tory», el sustituto de Theresa May ha dejado claro que cumplirá con la fecha del 31 de octubre, un proceso que calificó de «a todo o nada», lo que ha hecho temer sobre la posibilidad de que el país salga de la Unión Europea sin pacto alguno.
Si algo hay algo que destaque por cuestionable entre las habilidades de Johnson es su actitud diplomática. El periodista e historiador, cuya fama de «bufón» es internacional, no ha dudado en emprender duros ataques contra diversos líderes políticos. Con todo, internamente es considerado por muchos como una figura carismática y que levanta simpatías, pero sus chocarrerías le pueden pasar factura a largo plazo.
Las mujeres y los buzones
Su actitud radical ante la salida de Reino Unido de la Unión Europea ya era conocida. Pero donde demostró ser radical también fue a la hora de catalogar las mujeres y el burka con que se pertrechan en ciertos países. En uno de sus escritos en «The Telegraph», Johnson cargó duramente contra esta vestimenta a colación de la prohibición por parte de Dinamarca de su utilización en lugares públicos. «Es absolutamente ridículo que la gente decida ir por ahí pareciendo un buzón de correos», señaló en su momento. Además, apuntó que se podría pedir la retirada del velo si las alumanas «deciden aparcecer vistiendo como un ladrón de bancos». La reacción de Theresa May no se hizo esperar, diciendo que «el lenguaje» que utilizó Johnson había «ofendido a muchas personas» y le exigió disculpas.
Una larga batalla contra Europa
No han sido pocas las personas que han apuntado que el nuevo «premier» es conocido por su capacidad para hacer de «veleta». Es decir, opinar una cosa y, sin despeinarse, salir opinando lo contrario en un tiempo reciente. Al principio, no tenía muy claro si apoyar la causa del Brexit o no. De hecho, el vicepresidente primero de la Comisión Europea (CE), Frans Timmermans, recalcó este martes que el nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, tardó «mucho tiempo» en decidir si apoyaba o no la salida del Reino Unido de la Unión Europe y reiteró el respaldo del Ejecutivo comunitario al acuerdo de retirada pactado entre Londres y Bruselas. «Sugeriría que miraras a lo que ha escrito durante años. Le llevó mucho tiempo decidir si estaba a favor o en contra del Brexit», ha dicho.
Lo cierto es que durante su etapa como corresponsal en Bruselas del diario «The Telegraph» pareció tener más una faceta anti eurócrata. De hecho, en el libro «Just Boris: A Tale of a Blond Ambition», Sonia Purnell apunta que Johnson llegó a decir: «Estoy contra Europa y contra la pena capital», dejando clara su posición. Pero no queda aquí, en una ocasión le pidieron que comparara la Unión Europea con un animal y respondió tajante: «Sería una langosta… porque la UE, por la manera en la que trabaja, anima a que sus miembros pidan en la mesa este delicioso manjar porque todos saben que la factura la va a pagar otro, y normalmente van a ser los alemanes». Toda la declaración de intenciones a abandonar esta comunidad política.
Ataque a los líderes demócratas de EE.UU.
La admiración de Boris Johnson por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es conocida en el mundo. De hecho, el líder estadounidense ha felicitado este martes al exministro de Exteriores británico Boris Johnson por haber sido elegido líder del Partido Conservador, al tiempo que ha pronosticado que será un «gran» primer ministro británico. «Felicitaciones a Boris Johnson por convertirse en el nuevo primer ministro de Reino Unido», ha asegurado el mandatario estadounidense, en un mensaje publicado en su cuenta personal de Twitter. «¡Él será grande!», ha añadido.
Sin embargo, el nuevo «premier» británico no ha tenido pelos en la lengua a la hora de atacar fuertemente tanto a Barack Obama como a Hillary Clinton. Especialmente sonado fue cuando el entonces presidente demócrata escribió un artículo en 2016 en el que trataba de advertir de los riesgos que supondría el Brexit. La respuesta de Johnson no se hizo esperar: «El presidente parcialmente keniata tiene un ancestral recelo del imperio británico, del que Churchill era un gran defensor». También tuvo duras palabras para Hillary Clinton: «Tiene el pelo rubio teñido, los labios sensuales, y los ojos de azul acero, como una enfermera sádica en un psiquiátrico», escribió en 2007. Empieza una etapa para el Reino Unido en la que, probablemente, el encargado de ejecutar el Brexit deje nuevas chocarrerías para los libros de historia.