Son útiles, es cierto; prácticas, también es verdad. Pero acumulamos tantas que, en lugar de ayudar a estar por ejemplo al día genera una sensación de ansiedad. Recibir una notificación puede ser un motivo de nerviosismo, de desear abrirla. Y más si se trata de una alerta procedente de un mensaje de una aplicación como WhatsApp.
Si llevamos esta situación al interior del coche, puede ser incluso un motivo de distracción. De ahí a que muchos desarrolladores de sistemas operativos y fabricantes de móviles hayan pensado en funciones para silenciarlas mientras se conduce. En los últimos años, tanto Google con Android como Apple con iOS han mostrado cierta consciencia para que los usuarios puedan desintoxicarse del móvil. Lo hacen por medio de opciones para conocer estadísticas de uso. Eso contribuye a reducir el tiempo de uso.
Lo curioso es que hasta Tim Cook, consejero delegado de Apple, también está por la labor de evitar el tiempo excesivo delante de su producto estrella, el iPhone. En una intervención en abril con motivo de un evento organizado por la revista «Time», el directivo deslizó un comentario que, lejos de pasar por alto, puede ayudar a hacer una reflexión sobre las interacciones entre el ser humano y los «smartphones». En la mayoría de ocasiones roza hasta el «spam».
Cook reconoció que silencia las notificaciones de su terminal en los últimos meses porque le distrae. «Si no están haciendo esto, si tienen un iPhone y no lo están haciendo, les animaría a que realmente hagan esto, supervisen estas [notificaciones]», sugirió el máximo responsable de Apple. «Eliminé una gran cantidad de notificaciones», dijo entonces. «Me pregunté: «¿Realmente necesito recibir miles de notificaciones al día?» No es algo que esté añadiendo valor a mi vida o que me haga mejor persona».
Conforme más «apps» se instalan, es posible que los usuarios se sientan invadidos. Servicios que mandan alertas cuando se ha producido una actualización; servicios de chat que advierten al usuario cuando ha recibido un mensaje; servicios de que informan que se ha publicado un nuevo contenido.
Vivimos en un mar de notificaciones y, aunque los sistemas operativos más utilizados cuentan con la posibilidad de gestionar los permisos, a la hora de la verdad son pocos los que realmente se interesan por bloquearlas. En su mayoría, además, se puede decidir si bloquear o no las notificaciones «push», pero los expertos creen que se debería dar un paso para que se ajustaran las alertas en función de la importancia.