EE.UU. ofrece a Londres coordinar una respuesta a la agresión iraní

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La Casa Blanca esperará a que los conservadores anuncien mañana el nuevo primer ministro del Reino Unido para coordinar una respuesta conjunta a la captura de un petrolero británico en el estrecho de Ormuz.

Este fin de semana, una consultora de seguridad internacional hizo pública una grabación de las comunicaciones de radio entre el carguero y la Guardia Revolucionaria iraní, en las que queda claro que la detención en aguas internacionales fue un acto consciente de provocación tanto a Londres como a Washington.

En los audios revelados por la empresa Dryad Global se escucha a un agente de la Guardia Revolucionaria iraní amenazar claramente al Stena Impero. «Si obedece, no correrá peligro», ordena el agente, quien argumenta que el barco debe ser abordado por «razones de seguridad».En la comunicación interviene también un soldado a bordo del buque de guerra británico HMS Monrose, quien insta al capitán del petrolero a que haga caso omiso a las órdenes de las autoridades iraníes, ya que su buque está en aguas internacionales.

El presidente Donald Trump siguió los efectos de este incidente en el golfo Pérsico desde su «resort» en Nueva Jersey, donde pasó el fin de semana. La Casa Blanca espera a que el Reino Unido escoja al sucesor de Theresa May para iniciar una ronda de contactos sobre la respuesta adecuada a esta captura, ya que por el estrecho de Ormuz pasa un 20% del petróleo mundial. El propio Trump ha dicho en varias ocasiones que espera que el elegido sea su amigo Boris Johnson.

El ministro iraní de Exteriores, Mohamed Javad Zarif, dijo ayer en la red social Twitter que la tensión en el Golfo es responsabilidad del consejero de Seguridad Nacional norteamericano, John Bolton, a quien culpó de querer iniciar «la guerra del siglo». «Ante el temor al fracaso de su equipo, ahora quiere arrastrar a su guerra a Reino Unido», añadió el jefe de la diplomacia iraní.

Lo cierto es que con respecto a Irán, Trump y su gobierno se han adentrado en un laberinto del que les está resultando muy difícil salir. Hace un año la Casa Blanca se salió de un acuerdo de desnuclearización con Teherán, pero pide a sus socios europeos que sigan en él y que obliguen a la república islámica a respetarlo. A la vez, el Tesoro norteamericano ha endurecido notablemente sus sanciones, agravando la crisis económica en Irán. Por último, el Pentágono se coordinó con la Armada británica para capturar a principios de julio un buque petrolero iraní frente al estrecho de Gibraltar, algo que provocó la respuesta iraní del jueves en el Golfo.

Boris Johnson, favorito
El punto más cercano a un conflicto real fue el derribo, el 20 de junio, de un dron estadounidense en el estrecho de Ormuz por parte de Irán. De hecho, aquel ataque llevó a Trump a ordenar una respuesta con misiles, que abortó unos minutos después cuando fue informado de que provocaría al menos una decena de muertes.

El Gobierno británico, descabezado como está, anunciará una respuesta formal a la agresión iraní hoy ante el Parlamento, pero sea cual sea la decisión seguramente sea modificada después de que asuma la jefatura de gobierno un nuevo primer ministro, especialmente si este es, como parece, el propio Johnson.