La decisión de la magistratura supone un varapalo y una gran decepción para el ministro del Interior, Matteo Salvini, quien había escrito en Facebbok antes del regreso de la capitana a su país: «La nueva heroína de la izquierda ha sido interrogada durante cuatro horas. ¿Habrá un juez que al menos esta vez hará respetar las leyes, la seguridad y la dignidad de nuestro país?
Estoy deseando expulsar a esta viciada comunista y mandarla a su casa
».
En pocas horas, la página de Facebook de Salvini se ha llenado con miles de comentarios que, en general, destilan agresividad verbal hacia Carola Rackete: graves insultos, consideraciones vulgares e impublicables sobre su aspecto físico y sobre su sexualidad, además de amenazas físicas. Enrico Lucchetti, por ejemplo, invoca el retorno de la pena de muerte, para que «castigando a una se eduque a cientos». Otro seguidor de Salvini que firma Adelin Toluntan escribe: «Yo a esta si me la encuentro por la calle le doy dos bofetones». También en su misma página de Facebook algunos han escrito comentarios contra Salvini: «Ministro, si no le agradan las decisiones de los jueces, presente su dimisión, estudie y haga el magistrado. Es demasiado cómodo elogiarlos solo cuando hacen algo que te agrada», escribe Mattia Limonta.
Duro enfrentamiento
La capitana y Salvini han mantenido un duro pulso durante semanas. Carola fue arrestada después de que el 29 de junio atracara en el puerto de Lampedusa con 41 inmigrantes, forzando el bloqueo ordenado por el ministro del Interior. Ante los continuos insultos que le ha dirigido Matteo Salvini, los abogados de la capitana presentaron el pasado 12 de julio en la Fiscalía de Roma una denuncia contra el ministro del Interior.
Carola acusó a Salvini de difamación e instigación a que le lancen amenazas, porque el líder de la Liga la llamó en Facebook «pirata» y «criminal». La capitana de la Sea Watch solicitó, entre otras cosas, el secuestro preventivo de los perfiles de Salvini en Facebbok y en Twitter por medio de los cuales «resultan publicados y difundidos los contenidos difamatorios y amenazantes». Lo llamativo es que este jueves el parlamento aprobó una ley que establece un código rojo contra la violencia hacia la mujer. Parece que muchos italianos no se han enterado todavía.