En un comunicado, el Departamento del Tesoro de EE.UU. informó de que los otros tres militares castigados son los coroneles Rafael Antonio Franco, exdirector de Investigaciones del Dgcim, y Hannover Guerrero, actual director de ese departamento, y el mayor Alexander Granko, jefe de la Unidad de Asuntos Especiales del mismo cuerpo.
«La DGCIM, incluidos estos funcionarios, ha sido acusada de abusos sistemáticos de los derechos humanos y de reprimir a los disidentes», señaló el Gobierno estadounidense.
De este modo, los cuatro militares fueron añadidos a la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de EEUU.
Blanco Marrero, hasta ahora subdirector de la DGCIM, supuestamente fue ascendido esta semana a director del organismo para sustituir a Iván Hernández Dala, según informaciones locales, aunque EE.UU. aún se refiere a él como jefe adjunto.
El secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, aseguró que EE.UU. «continuará responsabilizando a las personas que están involucradas en el uso por el régimen anterior de (Nicolás) Maduro de la intimidación y la represión para atacar y silenciar a los opositores políticos, civiles inocentes y miembros de las fuerzas armadas».
En este sentido, Mnuchin señaló que su Gobierno «utilizará todas sus autoridades para atacar a aquellos que han ayudado al régimen ilegítimo de Maduro a reprimir la disidencia, la libertad de expresión y la voluntad del pueblo venezolano».
Por su parte, el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, acusó a los funcionarios venezolanos de «reprimir y torturar a ciudadanos inocentes».
Como resultado de las sanciones quedan congelados todos los bienes que estas personas pudieran tener bajo jurisdicción estadounidense y se prohíbe realizar transacciones financieras con ellas a ciudadanos y entidades de EEUU.
Sin embargo, el Gobierno estadounidense destacó que las sanciones «no son permanentes» y que «están destinadas a provocar un cambio positivo de comportamiento» de los militares castigados.
Venezuela vive una situación de inestabilidad política desde el 10 de enero, cuando Maduro volvió a tomar posesión del cargo de presidente tras imponerse en las elecciones de mayo pasado, no reconocidas por parte de la comunidad internacional.