La reprobación muere en ese punto, porque los republicanos mantienen la mayoría en el Senado y bloquearan que siga avanzando. Al final, el voto —de 240 a favor y 187 en contra— no tiene más efecto que el de llamar la atención sobre las palabras de Trump, a quien las mujeres insultadas han acusado de racista, xenófobo y supremacista. La presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi, dijo en una intervención en el pleno que los comentarios de Trump son «una desgracia, asquerosos y racistas».
Trump tenía prevista ayer una reunión en la Casa Blanca con los líderes de su partido en la Cámara pero la canceló para que estos participaran en el voto. Preguntado por la prensa, el presidente dijo que las diputadas a las que pidió que se marchen «dicen cosas horribles de este país». «Tengo una lista de las cosas que han dicho estas mujeres sobre este país y es algo terrible. Creo que odian a este país, y eso no lo acepto», añadió.
La resolución aprobada por la Cámara condena formalmente «los comentarios racistas del presidente Donald Trump que han provocado miedo y han incitado al odio contra nuevos estadounidenses y personas de color». «Esos comentarios no son representativos del Congreso o de esta nación», añade el texto. Buscando el bochorno de los republicanos, los demócratas añadieron una página con fragmentos de un discurso en el que Ronald Reagan, republicano y presidente entre 1981 y 1989, dijo que «América debe mantener sus puertas abiertas a los recién llegados o su liderazgo mundial pronto se perderá».
Las diputadas atacadas por Trump han pedido repetidamente la recusación del presidente por medio del proceso de «impeachment». Precisamente aprovechando la polémica, un diputado demócrata de Tejas, Al Green, anunció ayer a través del diario «The Washington Post» que iniciará el procedimiento de deposición del presidente, intentando forzarle la mano a los líderes de su propio partido, que hasta ahora se han resistido a abrir un juicio de esa magnitud en la antesala de las elecciones de 2020.