El Capitolio, por su parte estudia aplicar una ronda de sanciones a Turquía por los contratos militares firmados con Rusia, algo extremadamente inusual para un país que es miembro de la OTAN. El Pentágono teme que Rusia sea capaz de adquirir información valiosa del sistema de vuelo de los F-35 a través de la tecnología instalada en el sistema de misiles. Trump aplazó una decisión final mientras su gobierno negociaba infructuosamente un aplazamiento con el del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
El candidato de Trump a dirigir el ministerio de Defensa norteamericano, Mark Esper, acusó a Turquía de haber «tomado una decisión equivocada». «Deben elegir, o los cazas F-35 o los misiles rusos, no pueden tener ambas cosas, es imposible», añadió Esper en una comparecencia en el Senado, que debe confirmarle en el puesto. Recientemente, el ejecutivo de Erdogan había solicitado más de 100 cazas F-35, que finalmente no le serán entregados. El sistema ruso S-400 es capaz de abatir proyectiles a hasta 400 kilómetros de distancia.