El tradicional desfile militar de los Campos Elíseos, entre el Arco del Triunfo (construido a mayor gloria de las victorias de Napoleón) y la Plaza de la Concordia (donde estuvo instalada la guillotina, entre 1789 y 1793), fue concebido este año como celebración del proyecto de cultura estratégica común de los miembros del IEI, como homenaje a las víctimas y heridos nacionales en combates recientes, y como «escaparate» incluso «comercial» de la tecnología militar francesa.
Copresidiendo el desfile militar franco europeo, Angela Merkel multiplicó los gestos de complicidad simbólica con Macron. El secretario general de la OTAN oficiaba de puente entre Washington y el pilar europeo de la Alianza. El presidente de la Comisión europea representaba a la totalidad de la Unión. Ausente Pedro Sánchez, por razones desconocidas, España estuvo representada por la ministra de Defensa, Margarita Robles. Ausente Theresa May, igualmente, el Reino Unido (esencial en cuestiones de seguridad europea) estuvo representado por el vice primer ministro inglés, David Lidington.
Entre la tribuna presidencial, en la Plaza de la Concordia, acompañado de todos los aliados europeos, y la comida de trabajo y hermandad en el Palacio del Elíseo, Emmanuel Macron glosó con precisión la matriz histórica, cultural y política del proyecto de seguridad, soberanía y defensa de Europa.
La libertad de Europa
El presidente francés comenzó por recordar la piedra angular del proyecto nacional, francés, y colectivo, europeo: «La fiesta del 14 de Julio tiene un origen: la toma de la Bastilla. Hace 230 años. Tiene una significación: el pueblo francés conquista su libertad. Hoy, nuestra libertad nacional es indisociable de la libertad y soberanía de Europa. Ese el sentido primero de nuestras iniciativas de seguridad y defensa: afirmar nuestra soberanía colectiva en esos terrenos».
Concepto político esencial, la ambición a la soberanía europea en cuestiones de defensa tiene unos antecedentes trágicos, que Macron recordó de ese modo: «En la historia de este desfile, el 14 de julio de 1919 marcó particularmente a los franceses, tras cuatro años de sufrimientos, bravura, y un cortejo de muertos y heridos. Ellos están presentes en nuestro recuerdo y en nuestra acción. Enfrentados en los campos de batalla, ayer, en toda Europa, hoy estamos unidos en un proyecto de seguridad común. Y nuestros soldados desfilan, juntos, ante nosotros».
Tras el recuerdo y la historia, Macron descendió a la actualidad más problemática: las tensiones trasatlánticas, el «neo aislacionismo» de Washington, el Brexit. Cuestiones evocadas con extrema prudencia y cierta precisión: «La seguridad de nuestra nación, la seguridad de las naciones europeas, son hoy indisociables. Desde la Segunda Guerra Mundial, jamás ha sido más necesaria la construcción de una Europa de la defensa, ligada a la Alianza Atlántica, de la que hoy celebramos los 70 años. Ese es el sentido esencial del desfile de nuestras tropas y nuestra comida de hermandad: confirmar nuestra capacidad de actuar colectivamente en materia de seguridad y defensa: ese es el desafío de la Iniciativa Europea de Intervención (IEU) que nos une».
La IEU es una síntesis provisional de sucesivos proyectos de construcción en curso de una Europa de la defensa, cuyo objetivo último (muy lejano) sería un ejército europeo, cuyo primer embrión (muy modesto) es la brigada franco-alemana creada por François Mitterrand y Helmut Kohl en 1989.
Francia, Alemania, España y el resto de los aliados miembros de la IEU (Bélgica, Reino Unido, Dinamarca, Holanda, Estonia, Portugal y Finlandia) ya colaboran militarmente en diversos escenarios, en África y Oriente Próximo, cumpliendo misiones de van del anti terrorismo a la acción humanitaria.
La celebración militar, europea, del 14 de Julio, había estado precedida, el viernes, con el lanzamiento, en Cherburgo, de un nuevo submarino nuclear de ataque, una de las componentes del arsenal atómico de Francia. El desfile de los Campos Elíseos sirvió para presentar a la opinión pública nuevas familias de armas, drones, robots, incluso una plataforma voladora («flyboard») de uso táctico todavía mal definido. En este terreno, es tradicional, desde siempre, que los desfiles militares del 14 de Julio sean utilizados como escaparate de las novedades tecnológicas de Francia, cuarto exportador mundial de armamentos.
Ambición personal
La «guinda» de esas innovaciones, técnicas, tácticas y estratégicas, fue la confirmación del viejo proyecto de creación de un mando militar del espacio. Es el embrión altamente simbólico, muy alejado de lo operacional, de la defensa espacial. Francia ya cuenta, desde hace décadas, con sus propios satélites militares, de observación, esencialmente. Macron promete un «salto adelante». A partir del otoño que viene, el arma aérea francesa será, así mismo, «arma aérea y del espacio».
Macron había anunciado, hace un año, su ambición personal de echar los cimientos de una futura «estrategia espacial de defensa». Cuando, a más corto plazo, todavía lejano, es necesario elaborar una cultura y un sistema de seguridad común, piedra angular de la soberanía continental, el presidente francés no duda en avanzar el peón o la guinda de una todavía simbólica arma aérea y del espacio.